lunes, 22 de octubre de 2007

NO PIDO COMPASIÓN NI PIEDAD

22 de octubre de 2007

Desde hace semanas quiero compartirles un video que me trae jodido. Se trata de la presentación de José José en el II Festival de la Canción Latina de 1970. Interpretó "El Triste" y, déjenme decirles que es de lo mejor que he visto en la red. Tienen que disfrutarlo todo.

Primero el color viejo de la televisión de esos tiempos. Luego la presentadora vestida de rosa que tiene un rostro angelical, muy muy lindo, de veras, con un peinado alto ad hoc a la época y una sonrisa radiante. La escenografía parece de festival de kinder, pero bueno, la tv hacía sus pininos.

De pronto hace su arribo un irreconocible Príncipe de la canción que nada tiene que ver con el viejito afónico que vemos en los programas de chismes. La orquesta toca en vivo (sí, una orquesta en vivo: proscritas las pistas o el playblack). Mientras tanto flores, creo que claveles rojos, caen en el escenario.

Y comienza el maestro con su interpretación perfecta (desafina ligeramente en el minuto 3:01, pero ¡qué diablos!, ¿a quién le importa?). Luce una gran potencia de voz, escala los agudos a cada verso, y cuando pensamos que ya es lo máximo, el Príncipe nos sorprende con notas más altas cada vez.

Pero no es sólo una magnífica ejecución técnica, el señor tiene la capacidad de transmitirle al auditorio (y a la ciberaudiencia) la sensación de que canta desde la vivencia, este señor sabe lo que dice, y se conecta con cada uno de los ahí presentes. José José se convierte en la encarnación de esa masa doliente.

Vemos en el público a Angélica María, joven y guapa, con un rostro apesadumbrado, sufriendo cada palabra escrita por Roberto Cantoral. Por ahí se encuentra Marco Antonio Muñiz, también jovenmente irreconocible, con una cara estupefacta, con la boca abierta, extasiado por las notas del Príncipe, por el dolor del limón en las heridas y por la locura del auditorio. No ha trascurrido aún la mitad de la canción y el público ya grita de pie.

Cuando el maestro finaliza se aleja del micrófono inmediatamente. Crece el ruido de los aplausos, arrecia la lluvia de claveles, la orquesta sigue tocando, es la apoteosis. Una joven corre hasta José José y lo abraza. El Príncipe no sabe dónde es la salida. Andrés García, enfundado en un saco de color vino lo abraza. Por fin le recerdan dónde es la salida. Los músicos quieren felicitarlo antes de que se vaya. El maestro se retira, fue su momento de gloria; no se quería ir, quería prolongar ese instante hasta la eternidad. (Gracias a Youtube lo logró)

Uf, qué interpretación, qué canción.

El vínculo para ver esta joya es el siguiente http://mx.youtube.com/watch?v=GYDZbIVk-ZE

El video dura 5:33 minutos. Preparen todo, silencien la oficina, el changarro, el consultorio o el estudio, saquen el tequila y a disfrutar!!!!

P.D. El saquito de José José está chido, si alguien quiere regalarme uno les prometo que sí me atrevo a salir a la calle así.