Se trata de un grabado Chine-collé en aguatinta y aguafuerte, impreso en papel fabriano de 18 x 25 cms. Es un monotipo realizado este año.
Cuando Reynel me entregó la pieza, aprovechó para mostrarme algunos otros de sus trabajos. Al final terminé comprando dos piezas más: Un grabado y un óleo.
En alguna otra entrada de este blog había mencionado que en mi opinión siempre existen muchas interpretaciones en cada obra artística. Una es la interpretación personal del autor, otra es la interpretación pública que se le da a la obra, y otra es la interpretación que cada observador hace de la pieza, resultado esta última, de la relación personal que establece el observador con la obra artística.
Ignoro por completo qué quiso expresar Reynel a través de sus obras. Para mí lo importante es el diálogo interno que establezco con las piezas.
Me gustó un pequeño grabado de aguatinta y aguafuerte titulado La Voz de la Caracola impreso en papel fabriano de 13 x 18 cms. perteneciente a una edición de 10 piezas. La foto de abajo está sobreexpuesta, en realidad es de color azul oscuro.
Me gustó la figura abstracta, ondulante y casi etérea, donde adivino un rostro agonizante que lucha por emitir palabra. Rompiendo las barreras de la lógica, en un terreno psicodélico o surrealista, observo una lengua que escapa por donde debería existir un ojo. También me resultó interesante el título de la pieza, La Voz de la Caracola, que debido a mi deformación profesional me suena bastante escatológico, por los juegos de palabras que pueden armarse. No digo más para no ventanearme.
La otra pieza que compré es un pequeño cuadro al óleo sobre madera de 20 x 30 cms. titulada El Susurro. Abajo está la foto.
Más allá de que el título también tiene un eco escatológico, me gustó la figura abstracta, también ondulante, que se eleva a través de cinco dimensiones, y el equilibrado uso de los cuatro colores básicos: amarillo, azul, rojo y verde. A manera de sueño, me parece encontrar condensadas la figura curvilínea de una mujer de larga cabellera, y la figura de una pareja fundida en un dinámico abrazo y en un beso, también encuentro una lengua de fuego que se eleva, una llama que me remite inevitablemente a la Llama Doble de Octavio Paz, la llama de la vida compuesta por el erotismo y el amor.
El autor podrá decir que mis ideas nada tienen que ver con su intención, y ustedes amigos lectores también tendrán su opinión propia radicalmente distinta de la mía. Qué se le va a hacer, cada cabeza es un mundo.
Luis Reynel Jiménez es arquitecto por la UNAM, es chilango de origen oaxaqueño, y su formación incluye, además de la UNAM, a La Casa del Diezmo de Celaya y al taller El Nigromante de San Miguel de Allende. Ha expuesto de manera individual en Celaya, San Miguel de Allende, Oaxaca, Juchitán y la Ciudad de México, y de manera colectiva en varias ciudades de México, España, Inglaterra, Francia y EUA. Aquí abajo una foto suya que encontré en internet.
Para mí fue una sorpresa enorme que Reynel haya estudiado y trabajado en Celaya, tuve la satisfacción chovinista de encontrar en esta urbe a alguien de mi pueblo. Qué pequeño es el mundo.
Platicando con él me enteré que conoce a varias personas de la burocracia cultural de Celaya, mencionó los apellidos Malpica y Buchanan, y en el plano artístico mencionó que fue alumno de José Llaca y compañero de Jorge Asato, artistas que tengo entendido continúan con su labor artística y educativa en La Casa del Diezmo.
El pasado sábado 10 de este mes, inauguró una exposición individual titulada El Jazz, un Paisaje con Gatos, aquí en la Ciudad de México. Desafortunadamente no pude asistir.
En el sitio artelista.com pueden encontar su galería virtual. Para ir hagan clic en este vínculo.
2 comentarios:
Un fraternal saludo desde Celaya, Guanajuato. Centro Cultural Casa del Diezmo. Atte: Jorge Asato.
Un fraternal saludo desde la Ciudad de México :) Atte. Antonio L. Z.
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