martes, 12 de septiembre de 2006

¡YA BASTA!

12 de septiembre de 2006

Durante todo el proceso electoral no quise abordar la política nacional en este espacio. ¿Para qué hacerlo si en el ciberespacio abundaban los sitios que expresaban las distintas preferencias?

Preferí guardar silencio o escribir cualquier tontería.

Pero ¡YA BASTA!

El fraude electoral (sí, fraude electoral, hay que decirlo con todas sus letras, y habría que cuestionar a la hipócrita empresa Televisa: al que defrauda hay que llamarle delincuente electoral ¿Tienes el valor o te vale?) de este año es indignante, y no puedo cruzarme de brazos.

Acudiré a la Convención Nacional Democrática convocada para este 16 de septiembre, y apoyaré todas las resoluciones que de ella resulten.

Este fraude se fraguó dos años atrás. El ejecutivo federal utilizó todo su aparato publicitario para promover al candidato oficial. La secretaria de desarrollo social, Josefina Vázquez Mota (a la postre coordinadora de campaña de Calderón), utilizó los programas gubernamentales y los padrones de beneficiarios con fines electorales. El cuñado del candidato de la derecha, Hildebrando, confeccionó el software del IFE. Los medios de comunicación unificaron su voz para descalificar y calumniar a López Obrador. Los grandes empresarios y el PAN inundaron de publicidad negativa el país tildando a AMLO de peligro para México con la complacencia del IFE. Elba Esther Gordilllo comandó todo un ejército de mapaches electorales en los días previos a la elección y el mismo día de la elección. El IFE abre y manipula los paquetes electorales que habrían de ser recontados. Los magistrados del TRIFE se reúnen "secretamente" con Calderón y con Fernández de Ceballos. Otra vez los magistrados se reúnen en casa del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela para escuchar a Vicente Fox hablar sobre los inconvenientes de anular la elección.

Y finalmente los magistrados admiten en su fallo que LAS ELECCIONES NO FUERON LIMPIAS, PERO arguyen que de todas maneras SON VÁLIDAS. Es decir que no importan las videograbaciones de funcionarios del IFE violando los paquetes electorales, ni las conversaciones grabadas de Elba Esther presionando a gobernadores priístas para sacar adelante la votación en favor de Calderón, ni el comportamiento matemáticamente imposible de los programas de conteo del IFE, ni importa tampoco que 82% de las casillas recontadas tengan votos de más o de menos. Todo está documentado pero no importa. Ese fallo del TRIFE es el acta de defunción de la democracia mexicana: Se pueden hacer todo tipo de trampas y manipulaciones (es decir, se puede cometer fraude) pero la elección será legalmente válida. Ese fallo ha convertido al voto en un acto completamente inútil.

Mientras tanto los grandes medios de comunicación guardan silencio sobre todos estos delitos electorales y se vuelcan en sesudas discusiones sobre el mesianismo de AMLO, o sobre su falta de respeto a las instituciones, o si él es el peor enemigo de sí mismo, o si vale más el derecho de circular libremente por Reforma que el derecho de elegir libremente a nuestros gobernantes...

Sólo hay unas cuantas excepciones que merecen reconocimiento: la periodista Carmen Aristegui, el periódico La Jornada, y el semanario Proceso.

Por eso AMLO tiene razón: Al diablo sus instituciones. La lucha apenas comienza, no sé cuándo viviremos en un país justo y democrático pero al final la razón y la verdad prevalecerán.