lunes, 1 de mayo de 2023

La JUMAPA ha perdido de vista su verdadero propósito

La Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (JUMAPA) es una entidad de servicio público cuyo objetivo principal es proveer agua potable y servicios de alcantarillado a la población de manera eficiente y equitativa. Sin embargo, en la práctica, su enfoque parece estar más centrado en la comercialización que en atender el derecho humano de acceso al agua potable.

La JUMAPA ha perdido de vista su verdadero propósito, que es garantizar el acceso al agua potable y al saneamiento básico a toda la población. El conflicto social desatado en Rincón de Tamayo es un signo de que la JUMAPA se ha convertido en una entidad insensible a las necesidades de la población y de que su actuación está regida por el autoritarismo.

Tenemos ahora el caso de la colonia Los Pinos. En esta demarcación, la JUMAPA ha decidido llevar a cabo la conversión de las tomas de agua colectivas de los numerosos edificios de condominios por tomas independientes para cada una de las viviendas. Esta medida implica que los habitantes tendrán que asumir el costo de adaptar sus instalaciones de agua, además de correr el riesgo de sufrir daños estructurales en sus edificios por la adaptación de las instalaciones, y padecer la escasez de agua originada por la falta de presión suficiente para hacer llegar el agua hasta los tinacos. No se debe omitir el hecho de que las viviendas perderían su reserva de agua, es decir, su aljibe, con la que han hecho frente a las ocasiones en que ha habido interrupciones del abasto de agua.

Lo anterior resulta tan inverosímil que es necesario reiterarlo con otras palabras: los usuarios cumplidos tendrán que pagar por modificar sus viviendas, ponerlas en riesgo estructural y recibir menos agua o dejar de recibirla.

En una nota periodística de José Sánchez, publicada en el Sol de Bajío el miércoles 26 de este mes, se informa que la JUMAPA, siguiendo adelante con su programa de conversión a tomas independientes, sin hacer peritajes que validen la viabilidad de su proyecto ni haber realizado una consulta popular, y con la oposición expresa de los ciudadanos involucrados, cortó el suministro de agua a la toma colectiva del edificio ubicado en el número 100 del Andador Morera de la mencionada colonia Los Pinos. La JUMAPA señaló que hará lo mismo con el resto de los edificios ubicados en ese andador. Los empleados de la JUMAPA intentaron seguir con el corte de suministro en el edificio 101, pero los vecinos, pacíficamente, lo impidieron apostándose sobre el lugar donde los tendrían que excavar, montando una guardia que hasta el momento de escribir estas líneas permanece.

El 17 de marzo, la JUMAPA había girado una nota informativa que circuló en el cabildo sobre el avance de la obra de conversión a tomas independientes y sobre la cartera vencida en la colonia Los Pinos. Más allá del manejo tendencioso de las cifras y de la poca validez que puedan tener, lo que resulta evidente es que la toma de decisiones en la JUMAPA se rige por una visión comercial. El proyecto es liderado por la directora comercial, Beatriz Eugenia Sosa García. Es importante cuestionar por qué un proyecto de esta naturaleza está a cargo de la dirección comercial, y cómo es posible que una entidad de servicio público tenga una dirección de comercialización.

En una reunión con los usuarios afectados el 28 de abril, la directora comercial se comprometió públicamente, ante los medios de comunicación, a reconectar la toma colectiva de agua del edificio que había sido privado del servicio, a más tardar el día siguiente, y a detener la obra. Sin embargo, hasta el momento de escribir estas líneas, en la noche del sábado, los vecinos afectados continúan sin el servicio de agua en su edificio.

Es necesario que la JUMAPA cambie su enfoque y se centre en el bienestar de la comunidad. Esto implica un cambio en su mentalidad y en su forma de trabajo, que requiere de vocación de servicio público y respeto a los derechos humanos. Solo de esta manera podrá cumplir con su verdadero propósito y garantizar el acceso al agua potable y al saneamiento básico a toda la población.

La autoridad municipal no parece percatarse de que la insensibilidad tecnocrática de la JUMAPA y su enfoque comercial del servicio público están generando descontento entre la población. La violencia en Rincón de Tamayo y la resistencia pacífica en Los Pinos son solo una muestra en pequeña escala de los conflictos sociales que se están gestando. Este indeseable escenario podría resolverse en el proceso electoral del próximo año, quizá las urnas sirvan de válvula de escape. Sería más deseable, más fácil y más humano, que a las diez familias que fueron despojadas del servicio de agua potable el pasado 21 de abril se les restablezca el servicio, y que no tengan que padecer molestias y riesgos sanitarios, ni depender del auxilio solidario de sus vecinos. Pagaron y se quedaron sin agua, ¿es eso justo? Aunque incluso si no hubieran pagado, el acceso al agua potable es un derecho humano elemental.

P.D.  La JUMAPA ha continuado con su enfoque comercial y postura autoritaria, tal como se evidencia en la nota periodística publicada el martes 2 de mayo en el Sol del Bajío.